La Copa Libertadores desnuda al fútbol venezolano

Hace una semana los aficionados del fútbol venezolano recibieron un baño de realidad, un llamado a tierra o unas bofetadas que los despertaron de un sueño. Esa quimera que en ocasiones hace creer que el balompié criollo está para grandes cosas y que podemos competir con los grandes clubes del continente, quedó completamente desmantelada con las dolorosas derrotas que sufrieron el Deportivo Táchira y el Caracas FC en sus primeros enfrentamientos ante River Plate y Atlético Mineiro, respectivamente.

Lo que vimos en la final del fútbol nacional de la temporada pasada entre tachirenses y avileños fue un espejismo. Una final colorida y competitiva, sí, pero solo para el escenario del fútbol nacional. Eso no cuenta cuando se enfrentan clubes de primer nivel. Hay que destacar que River no jugó su mejor partido ni mostró su mejor versión. El Táchira, acomplejado, a pesar de estar de local, se metió atrás y no generó juego. Al final, la jerarquía en el fútbol vale. River ganó 2-0.

Dos días después el Caracas FC se enfrentaba al Atlético Mineiro. Los capitalinos también afrontaban el cambio de técnico, pero aún así, no demostraron nada. El club más ganador del fútbol venezolano fue humillado con una goleada 1-4.

Aunque el fútbol nacional no es lo mismo que la Vinotinto por muchos factores, no están totalmente desvinculados. El crecimiento de la selección nacional tiene que ver con los jugadores que juegan en Europa y por supuesto con la inversión. No obstante, el fútbol venezolano se está quedando muy atrás. La brecha entre los jugadores que hacen vida en la Vinotinto con los que están en el fútbol local es demasiada grande.

La conclusión es la de siempre y volvemos a llover sobre mojado. Se debe invertir en nuestro fútbol, en las bases, en los estadios, en las academias, en las jóvenes promesas. Mientras no se haga así, las finales coloridas seguirán siendo un maquillaje que tapa la dura realidad.

 

Fuente: Francisco Ríos.